La derrota de Morena en 2021

POR RICARDO PASCOE

El gobierno de Morena será derrotado en las urnas en junio de 2021, en las elecciones intermedias. Ese es el mensaje

Las elecciones intermedias en México, tradicionalmente para elegir únicamente a una nueva Cámara de Diputados, siempre han sido desairadas por una mayoría de posibles votantes. Esas elecciones intermedias, como las que vienen en 2021, han sufrido precisamente por la falta de credibilidad del papel de los legisladores, casi siempre considerados tigres de papel: impotentes, inútiles y productos de dedazos, además de ser un carga más al erario público.

El gobierno de López Obrador ha cambiado esa percepción. Con una aplastante mayoría en la Cámara de Diputado y en el Senado de la República, el partido Morena ha aprobado cosas que ningún otro gobierno se hubiera siquiera atrevido a proponer.

Lo más trascendente ha sido la aplicación de la política de la llamada “austeridad republicana”. Bajo el disfraz retórico de la consigna “no puede haber un gobierno rico y pueblo pobre” el morenismo se ha dedicado al desmantelamiento del Estado mexicano. Ha desmantelado sistemas de asistencia social institucionales para convertirlos en programas discrecionales electorales.

Quita dinero de programas de guarderías para hijos de mujeres trabajadoras, elimina el programa de empleo temporal, quita fondos para refugios de mujeres que sufren de violencia de género, deja de comprar medicamentos para apoyar programas de apoyos a mujeres y niños con cáncer, elimina programas para evitar incendios forestales y protección a animales y el medio ambiente, deja de proteger a zonas rurales de la violencia del crimen organizado al mismo tiempo que promueve la militarización del país, y quita el 75% del gasto de operación de las secretarías de Estado generando el desempleo de más de 100 mil personas en puestos eventuales.

Y todo ello para que brigadas compuestas por militantes de Morena puedan recorrer el país regalando dinero en efectivo y comprometiendo votos para Moreno en las elecciones del 2021.

Esto prueba que la austeridad republicana es un pretexto no para sanear las finanzas públicas sino para saquear al erario público en beneficio del partido político oficialista. No es una concepción equilibrista ni garantista. Pretende simple- y sencillamente provocar una lluvia de recursos sobre las cabezas de quienes son considerados carne de cañón de la campaña electoral de Morena.

La obsesión del Presidente de la República es ganar las elecciones el próximo año.  Y sabe que la elección no es cualquier proceso: es un referéndum sobre su gestión. Reducir el número de diputados en uno sería una derrota para él. Por ello ha querido convertir la elección en un evento de polarización social: estas conmigo o en mi contra.    

Pero para la ciudadanía en general, las elecciones se están convirtiendo en un proceso de definiciones mucho más relevantes.

¿Queremos votar los los mismos que nos quitaron la salud y el seguro popular sin ofrecer una alternativa, que desaparecieron los medicamentos que defendían a los enfermos de enfermedades crueles como el cáncer entre otras, que quitaron recursos destinados a la protección de mujeres y niños en situación de vulnerabilidad extrema, y que devolvieron la educación de nuestros hijos a sindicatos corruptos del magisterio, además de gastar todo el dinero público en tres obras que son productos de la vanidad presidencial, no de la necesidad nacional: el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía?

Los mexicanos ven lo que acontece. Muchos legítimamente confiaron su voto a este gobierno. Esperaron resultados que le beneficien. Siguen esperando los resultados positivos. Pero también viven la realidad cotidiana de la nación.

Llegó una pandemia que no es culpa del gobierno, pero los ciudadanos esperaban la protección y cuidado del gobierno ante semejante tragedia. No llegó. Más bien, hubo descuido, frivolidad y política barata para terminar en que el mismo gobierno que prometió velar por el bienestar de todos acusa a los ciudadanos de ser los culpables de que la pandemia continúa implacablemente tomando más y más vidas, todos los días.

Además ven la pésima administración de una economía cuyo funcionamiento no entiende el gobierno. Antes de la pandemia la economía iba mal. Con la pandemia se puso peor. Y promete ponerse incluso peor en 2021, pues los efectos de las recesiones son acumulativos.

Los 15 a 20 millones de pobres adicionales que se sumarán a las filas de los mexicanos sin trabajo son el subproducto de un gobierno que no sabe cómo administrar un país, y cuyos líderes habitan y sobreviven dentro de una burbuja ideológica que da sus propias razones sin tener contacto necesario con la realidad.

Aunado a lo anterior, el crimen organizado controla cada día más y más territorio nacional. El gobierno fracasó en su política vacilante y confusa frente al crimen organizado. La utopía que trae en la cabeza sobre la construcción de un mundo perfecto corresponde a un delirio, no a la realidad. El discurso de “resolver los problemas de fondo que causan la violencia” se vuelve retórica vacía ante la recesión económica que provoca millones de pobres más en el país.

El mismo gobierno que prometió resolver los problemas de fondo que son la causa del crimen organizado, los alimenta con su mala administración y sus políticas que terminan siendo fábricas que producen más pobreza. Vaya ironía cruel.

En este contexto el gobierno y su partido quieren ganar las elecciones a como dé lugar. Para ello tendrán que cometer fraude en una escala nunca vista desde 1988. Y tienen en sus filas quienes saben de eso. Pero la ciudadanía se está organizando como nunca en la historia del país para frenar el avance de este aparato destructor de la nación.

Lozoya servirá como escándalo y distractor, pero ya perdió 50% de su efecto, al convertirlo en el niño mimado del régimen. Su credibilidad está por los suelos. Claro, habrá escándalo, pero no revertirá los efectos de la recesión económica, la pandemia y el avance del crimen organizado. No cambiará los números electorales ni le permitirá al gobierno cometer un fraude “legítimo”. La ciudadanía no lo va a permitir. El gobierno de Morena será derrotado en las urnas en junio de 2021. Ese es el mensaje.