“¡Con las cartas sobre la mesa…”

Por: Manuel Fernando López

Para delicia de quienes andamos en este oficio, Alfonso Durazo Montaño, gobernador electo, rompió con el discurso obligado tan solo por “quedar bien” con sus anfitriones y, mirando a Javier Villarreal Gámez, le soltó lo que es y será su estilo personal de gobernar Sonora los próximos seis años.

“Siempre voy de frente Javier –Villarreal—con las cartas sobre la mesa…” para luego abandonar el podio, tomar el micrófono y, colocarse de frente a los cetemistas, estableciendo así una analogía.

“Me gusta estar a ras del suelo, porque así será mi gobierno…”, dijo ante la cúpula mayor del aún poderoso pilar del viejo sistema, el PRI, al que Alfonso Durazo Montaño, perteneció por dieciocho años; presente el llamado “guía moral”, Francisco Bojórquez Mungaray.

Más aún y, seguramente sus palabras no gustaron a más de varios quienes ya se sienten en el “paraíso” durante el inminente sexenio: “¡no toleraré corruptos, ni una rata será tolerada en mi gobierno!”

Algunos de tales personajes, incluso ya piensan en colocar a sus esposas o amantes en la próxima administración –en breve publicaré nombres—y, como balde de agua fría les vino otra advertencia: “no toleraré que ninguno de mis funcionarios se maree y se suba a un ladrillo y, si lo hace ¡lo bajaremos a empujones!”.

Aplausos al por mayor para quien se declaró dejar atraparse por la nostalgia: “cada día hago viaje mental a Bavispe, tengo una enfermedad por regresar a mi pueblo”.

Confirmó de nuevo, la situación financiera desastrosa que heredará, pero también mostró su ánimo para sacar adelante a Sonora y, su plan para lograr el más grande presupuesto social en la historia de la entidad.

“Vengo del Sonora profundo y, en mi gobierno primero serán los olvidados; haremos un relanzamiento para regresarle a Sonora su grandeza perdida, debido a los altos niveles de corrupción de los gobiernos anteriores”, afirmó el de Bavispe.

Luego: “no se trata de relevar a grupos tradicionales de políticos en Sonora, sino ¡crear una nueva clase política! y, adelantó que ya cuenta con el esquema para incorporar a su gabinete a jóvenes –hombres y mujeres—en un sistema paritario.

La firma de la casa por parte del gobernador electo en la sede cetemista donde fluyó la nostalgia por sus fundadores, fue una : sencillez y, la promesa “de que tendrán un amigo en palacio de gobierno…”.