Luis Enrique Ortiz
Hermosillo, Sonora a 14 de mayo de 2022.- Inscritos niños de La Bocana, Tres Cruces, El Sahuaral, Mochipaco, Buaysiacobe, Moroncárit y Mabejaqui, están por confirmar de El Huitchaca, Los Viejos, Salitral y Las Guayabas, casi en el lecho del río Mayo.
Se trata de un curso taller de 120 horas, denominado Lengua Yoreme Mayo para Niños, que se pretende impartir en la localidad de La Bocana, Etchojoa, el municipio con mayor porcentaje de etnicidad de Sonora y a la vez el que alberga más personas que se reclaman como población originaria.
Alrededor del 37% de quienes viven en todo el municipio de Etchojoa son indígenas, casi todos yoreme mayo; 22 mil de los 61 mil habitantes de la demarcación, se reclaman como tales.
El idioma yoreme, está en riesgo de desaparecer como lengua materna, pues son cada día menos quienes hablan el lenguaje de sus abuelos y padres. En el seno familiar, y por razones que no están suficientemente explicadas, se rompió la transmisión generacional de la cultura mayo por vía oral y se adoptó al español como lengua materna.
Ello tiene que ver, tal vez, con que las pocas oportunidades que su relación con los yoris les ha dado, sólo se conseguían hablando castellano.
Contribuir a evitar la desaparición del lenguaje, es posible y lo es desde distintas trincheras. Pero, así como dijo el gobernador Alfonso Durazo: “no puede haber igualdad de género, sin igualdad económica”, las oportunidades para las personas de los pueblos originarios que quedan vivos, no serán tales si no se en sus respectivos idiomas. Es por ello, que las instituciones del Estado están obligadas a apoyar la generación de esas oportunidades en lengua materna.
La lengua de Felipe Bachomo, cede aceleradamente su lugar a la que trajeron desde Iberia los conquistadores, pese a los esfuerzos institucionales y los presupuestos públicos que se destinan para evitar que ello suceda.
La formación de profesores bilingües y la enseñanza directa a niños en el espacio educativo público, debe ser parte medular de toda estrategia que pretenda realmente contribuir a evitar la extinción del idioma mayo o yoremnokki. Es una obligación constitucional y moral, por la deuda histórica que tiene el Estado mexicano con las etnias de los pueblos originarios que han resistido de distintas maneras la colonización, el genocidio, el despojo y el confinamiento.
En La Bocana, se inició en octubre pasado con la impartición de cursos de yoremnokki para adultos, en especial profesores y estudiantes normalistas, como contribución a la formación de mentores con el perfil adecuado: 100% bilingües mayo-español, asumiendo el yoremnokki como lengua materna.
Algunos de los frutos que ha dado este esfuerzo armado desde la propia comunidad, en alianza una organización indígena local, son la muy cercana posibilidad de unir esfuerzos entre la población, sus autoridades tradicionales y civiles, con dependencias del Gobierno de México, para empezar pronto la impartición del curso Lengua Materna Yoreme Mayo para Niños de 8 a 12 años, preferentemente.
Los niños mayos deben sentirse orgullosos de su cultura, pues son la prueba viviente de que antes aquí hubo una civilización que vivió en paz con la naturaleza, que aprovechaba el río sin contaminarlo, cultivaba la tierra sin agrotóxicos y pescaba en mar sin necesidad de vedas por sobre explotación de recursos marinos.
La resistencia de hoy, pacífica por supuesto, debe pasar por la garantía de continuidad del lenguaje, ya que este es su principal arma de descolonización, autonomía, paz y prosperidad futura. Los padres y los abuelos dejaron de enseñar mayo, para que sus hijos no fueran discriminados en el mercado laboral y las instituciones yoris, pero ni eso bastó pues la mayoría de los yoremes se emplean en la maquila o como peones en las tierras que alguna vez fueron de sus ancestros.
Con participación de las comunidades y sus autoridades, el espacio público educativo, desde el amparo del poder presidencial y su comisión especial para el México indígena, pueden contribuir no sólo a detener la caída en el número de hablantes de yoremnokki, sino a generar oportunidades de movilidad social y progreso.
La enseñanza del yoremnokki en sus vertientes oral y escrito, deben ser complementadas con prácticas de cultura como son la música y la danza en sus fiestas tradicionales, pero también con la práctica de la conexión con el suelo a través del cultivo de la mismo en forma sana, orgánica y con respeto a la Madre Tierra.
Niños que hablen y escriban en mayo, que la adopten como lengua materna, que practiquen la tradición, como debe de ser, con respeto y que sepan lo que es vivir en armonía con la Tierra, es lo que se pretende.
Lioj enchi Ania
Uttessi chókore!































