Democratizar al STAUS, ¡vaya tarea!

Isabel Dorado Auz

Javier Villarreal

Desde que la dirigencia sindical decidió integrarse al consejo sindical y social permanente del Estado de Sonora, se empezaron a ver indicios de un deterioro en la lucha sindical. No es para menos, si el principal operador político de ese “consejo” es Javier Villarreal el “líder” cetemista que le arrebató el Contrato Colectivo a la Sección 65 del sindicato minero en tiempos en los que supuestamente les ofrecía su apoyo.

Francisco Javier Parra y Sergio Barraza

Se empezaron a notar ciertos rasgos de caciquismo sindical, no solo en la CTM, que ya era costumbre, sino también en el Cecytes y, por supuesto, en nuestro sindicato, el STAUS. Pareciera que hay un acuerdo tácito entre Sergio Barraza y Francisco Javier Parra para seguir moviendo los hilos sindicales, cuando no les es posible repetir como dirigentes.

Una especie de emulación a lo que hizo Porfirio Díaz cuando no pudo reelegirse para un segundo periodo presidencial ya que había llegado con la bandera de Sufragio Efectivo No Reelección.

Parra y Barraza han sabido tejer acuerdos con las autoridades universitarias para que ciertos personajes puedan brincar del Sindicato a la administración o viceversa sin ruborizarse, dado que de repente son líderes sindicales exigiendo solución a distintas problemáticas y luego pasan a ser los responsables de Recursos Humanos y se convierten en “patrones” implacables.

El mecanismo de control sindical es muy similar al que usaba Fidel Velázquez. Garrote a cualquier tipo de disidencia y migajas para quienes se ostentan como seguidores. En temas importantes, sin embargo, barren parejo. Muchos profesores de 15, 20 y hasta 30 años de antigüedad no han logrado estabilidad laboral a pesar de que varios de ellos se han subordinado a la línea sindical.

No solo eso, acordaron una clausula en el Contrato Colectivo de Trabajo que es contradictoria a lo que marca la Ley Federal del Trabajo y han logrado desaparecer años y años de antigüedad a un buen número de profesores, antigüedad que curiosamente si es reconocida por el ISSSTESON. 

Javier Villarreal los convenció de que había que alargar 5 años el periodo para poder jubilarse y, además, aportar una suma considerable de dinero al barril sin fondo del ISSSTESON para llevar a cabo la armonización de la Ley 38, misma que fue una imposición del sistema neoliberal.

Obviamente, los reclamos se empiezan a manifestar, pero nuestros “lideres sempiternos” han copiado una serie de mañas que les permite mantener vigencia. Usan a los integrantes del Consejo General de Delegados como si fueran sus empleados, y no los verdaderos representantes que debieran ser la voz de lo acordado en las Asambleas Delegacionales, donde curiosamente NUNCA hay Quorum.

La falta de Quorum en la que se instituye como máxima autoridad, la Asamblea General, también les ha permitido ciertos excesos. En plena Pandemia, el 01 de septiembre de 2020, decidieron llevar a cabo un Plebiscito virtual, para imponer una elección virtual.

Por supuesto, no fue acuerdo de la máxima autoridad, la Asamblea General, y por lo mismo es ilegal. Aun así, implementaron un proceso electoral, donde fueron solos, y de donde salió el actual dirigente sindical que es rehén de los caprichos de Parra y de Barraza.

Hoy en día, cuando todo el país está en semáforo verde y que incluso el gobernador está pensando en desaparecer la restricción del cubrebocas en espacios abiertos, continúan con la intención de implementar el voto electrónico para elegir al nuevo Consejo General de Delegados.

Elección que, por supuesto, no te da ninguna garantía de transparencia tal y como pudo observarse en la elección electrónica que definió la “No Huelga” para la Unison, donde solo aparecía una leyenda de que se había registrado la votación del sindicalizado, pero no el sentido de esta.