No tardan en atorar a (F)Alito

Luis Enrique Ortiz / El Breve Espacio

Ante lo inevitable que es la caída del peor presidente nacional del PRI en 90 años, Alejandro Moreno Cárdenas alias (F)Alito, sin duda habrá repercusiones en el reparto de los restos mortales del ex invencible a nivel local.

Al presunto uso de recursos de procedencia ilícita, se sumarán los cargos formales por lavado de dinero, enriquecimiento inexplicable, peculado, corrupción.

Mientras que del lado del juicio popular, será catalogado como un tipo soez, grocero, asqueroso y probable tratante de blancas, tráfico de pornografía y uso del dinero de todos para reparar rostros, chichis y nalgas.

Los priistas, lo recordarán como antidemocrático, el pueblo como sepulturero del partido que le impuso a México la corrupción, el autoritarismo y la llegada y desarrollo de casi 40 años del neoliberalismo.

En Sonora, cuna de su fundador (Plutarco Elías Calles) el barco tricolor aceleró su proceso de hundimiento debido al muy pesado lastre que signifa la dirigencia estatal, recién nombrada, de Onésimo Aguilera Burrola e Iris Sánchez Chiu, como presidente y secretaria general, respectivamente.

La imposición de Aguilera Burrola e Iris Sánchez Chiu, fue el pretexto de los ricos de Sonora que, sin dudarlo un minuto, se fueron al Partido Movimiento Ciudadano, desfondando al antes partidazo.

No tardan en ponerle las esposas y cantarle sus derechos a Moreno Cárdenas y pues dejará de ser presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y con ello caerán de manera irremediable las dirigentes estatales ligadas a (F)Alito.

Con todo y la protesta presidencial como reacción al hecho, el también ex gobernador de Campeche, será exhibido al estilo Televisa-Carlos Loret de Mola, esposado, con un letrero en el pecho, de frente, perfil y mucho flash.

Seguramente, caerá también, la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Carolina Viggiano Austria, recién derrotada por el Partido Movimiento de Regenación Nacional en Hidalgo. La fórmula de (F)Alito, es esposa de Rubén Moreira Valdez, actual diputado federal y ex gobernador de Coahuila, hermano de Humberto, quien le heredó la gubernatura y fue cainescamente traicionado.

Deberá nombrarse una dirección nacional interina, provisional o qué se yo, que administre el conflicto, estime el número de posiciones plurinominales que pueden alcanzar, aseguras los primeros números de esas listas y venderse a quien gane la presidencia por parte de MORENA en 2024.

Esa dirección nacional, tal vez una de las últimas del PRI en forma habitual y con los mismos colores, repartirá también el queso en las entidades federativas, en las elecciones de 2023 (Estado de México y Coahuila) y las generales del año siguiente.

En estados como Sonora, el tricolor podrá mantener algunos municipios pequeños y hasta medianos, pero difícilmente ganará elecciones de mayoría en las grandes ciudades, ni siquiera aliado con el PAN. Aquí la lucha a muerte (estilo PRD) será por las pluris, porque ni la senaduría de primera minoría alcanzarán. Será un pleito de cochis chiquitos, peleando por unas pocas de mazorcas.

A propósito de priistas, recientemente leí un “Twitter” del ex secretario de gobierno Bulmaro Pacheco, el de los “hechos aislados pero frecuentes”, donde hace apología de Luis Echeverría Álvarez, protagonista de la represión del 2 de octubre de 1968, el “Halconazo” de 1971 y el inicio de la Guerra Sucia contra la oposición progresista y el exterminio de grupos radicales de izquierda.

Echeverría Álvarez, quién murió impune a los 100 años de edad, hace apenas unos días, sirvió a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en tareas de contra insurgencia y combatiendo de cualquier movimiento de izquierda, inspirado por las revoluciones cubana, vietnamita y chilena, esta última con el triunfo por la vía de las urnas de Salvador Allende.

Y bueno, qué tiene que ver Gulmaro, como le dice con odio jarocho el “austero” (valga el eufemismo) periodista Antonio Duarte García, con (F)Alito, Onésimo y Sanchez Chiu, pues nada sólo que uno de los expresidentes que avalaron la dirigencia que está a punto de caer, es nada más y nada menos que Bulmaro, Gulmaro o como quiera que sea en verdad su nombre.

Lo peor de todo es que ahora quieran los del PRIANRD, es decir la oposición pedorra, moral y electoralmente derrotada relacionar al presidente Andrés Manuel López Obrador con Luis Echeverría, mientras algunos de sus pro hombres e intelectuales orgánicos hacen apología (tibia pero al fin apología) de un asesino de estudiantes, maestros, campesinos. Un represor que solapó y mandó ejecutar crímenes de lesa humanidad, mediante una política de terrorismo de Estado contra todo lo que fuera oposición, que se llevó entre las patas, incluso a connotadas figuras empresariales de derecha.

Serían chingaderas que además de lo que hizo, Echeverría Álvarez, no tratara de apagar con acciones populistas el descontento social y la represión.

Nada que haya hecho Luis Echeverría Álvarez después de 1968, le podrá borrar el color se asesino de la cara, la historia no tendrá compasión de él, porque siempre habrá al menos un crimen para recordarlo de la peor manera.

Moreno Cárdenas podrá evadir la acción de la justicia por algún tipo de artimañas, pero no tardará mucho en ser llevado al balcón del escarnio público y de como es que funcionó el llamado Nuevo PRI, que recuperó la presidencia de México con el expresidente Enrique Peña Nieto.