Luis Enrique Ortiz
Tampoco visitará el Hospital de nunca acabar
No faltan motivos para visitar Cananea y Yécora en la próxima gira del presidente, Andrés Manuel López Obrador, a Sonora, pero llama la atención que dentro del periplo indigenista proyectado -hasta el momento- no están incluidos guarijíos ni yoremes, sólo yaquis y seris con quienes tratará el mandatario primordialmente asuntos de agua abasto de agua para riego y consumo humano.
Cuando vino a Sonora en mayo pasado, el presidente dijo que volvería en tres meses para revisar la construcción del acueducto para dotar de agua potable a los ocho pueblos yaquis, que se distribuyen en los municipios de Cajeme, Guaymas, Bácum y San Ignacio Río Muerto.
También anunció que estaría en Punta Chueca, por las mismas fechas para revisar los avances de producción sostenible, sustentable y de largo plazo del vital líquido.
No es cosa menor devolver agua a los pueblos originarios de la ribera del río Yaqui, meta que se desea conseguir con la creación de un distrito de riego y con un acueducto cuyo costo inicial fue anunciado en 2 mil 191 millones de pesos, para beneficiar a 34 mil personas, es decir toda la gente que habita el principal territorio de la nación Yoeme, la mayoría, asentados a los lados de un lecho seco que hace 100 años era navegable.
La orden presidencial para construir la obra hidráulica que tendrá una longitud de 241 kilómetros, la está ejecutando en tierra el subdirector general de Infraestructura Hidroagrícola de la Conagua, Aarón Mastache Mondragón, sobre quien pesa la advertencia del Ejecutivo de que la tarea debe estar y bien hecha, en diciembre, cuando seguramente el propio AMLO vendría a tomarse en Torim, el primer vaso de agua de Buena Vista, presa del Oviachic.
En Punta Chueca no es menor el problema de abasto de agua para beber, no digamos para regar lo cual no estaría nada mal ¿y por qué no?
Pero bueno, primero el consumo para humanos y luego vemos cómo reutilizar, almacenar y captar agua de lluvia y del aire, que sea en un volumen suficiente para que los hermanos comcaác, puedan producir algunos alimentos de manera orgánica, sana, económica y suficiente, hasta para vender en un círculo de economía interna o al turismo ¿por qué no?
Lo último que se supo del tema, es que andaban bailando algo así como 36 millones de pesos, que deberían usarse para tal propósito, según se cuenta en Kino Viejo, cuando los turistas se van manejando ebrios a Hermosillo.
Pero como algunas personas suelen ser muy aventuradas, no demos crédito “a rumores que no son verdad”, esperaremos como buenos ciudadanos la fecha de la gira presidencial, para que en ese contexto se transparente el dinero de las obras relacionadas con el Plan de Justicia Comcaác, lo cual al parecer es deseo de la propia comunidad.
Ya van cuatro años del Gobierno de México y ni con Claudia Pavlovich y tampoco con Alfonso Durazo, la Cuarta Transformación ha podido resolver la forma de garantizar el derecho humano seri al vital líquido. Ojalá y que esta vez, aclarados los destinos del dinero, Punta Chueca cuente con una solución permanente que contribuya al desarrollo pleno y autónomo de la comunidad.
Habrá que traer a Aaron Mastache, por lo que se ve.
Sólo esperemos que la inflación no le haya pegado mucho a la obra, no vaya a estar como el hospital de especialidades, del cual los enterados afirman que difícilmente estará concluido en septiembre, pero eso no deberá obstar para que no sea inaugurado una vez más.
AMLO no pisará asentamientos yoremes, entre otras razones porque al parecer la construcción del Plan de Justicia Mayo, naufraga en los agitados mares de las divisiones internas y un severo conflicto entre el INPI y las facciones que se diputan el poder al interior de la etnia.
La cosa se enredó como queso Oaxaca, porque no se dimensionó que era un error, crear casi por decreto presidencial, una novena cabecera llamada Cocoraque y con asiento en Etchohuaquila y punto de ventas en Fundición. De esta manera Victoriano Moroyoqui Buichíleme, fue hecho gobernador por el INPI y designó a su hija, Victoria Moroyoqui Galaviz, como coodinadora de programas sociales de la delegación estatal de la institución.
Moroyoqui Buichíleme, es responsabilizado -por la agrupación Fuerza Yoreme- de encabezar la toma de las instalaciones del INPI en Etchojoa, el pasado mes de junio, exigiendo la destitución del director del centro Secundino Amarillas Valenzuela.
En la referida toma, participaron otras personas que se ostentan como gobernadores tradicionales de varias de las cabeceras de la Nación Yoreme: entre ellos Aquileo Félix Ayala de Tesia; Santos Feliciano López Cota, de Camoa; María del Rosario Avilés Carlos de El Júpare Santa Cruz; Aniceto Valenzuela de Etchojoa; Juan de Dios Osuna Valenzuela de Cohuirimpo y Manuel de Jesús Valenzuela Cantúa (+), de Conicarit.
Lejos de resolverse, las cosas se han complicado por exceso de encono y desacuerdos entre las facciones en disputa y por falta o ausencia total de oficio político por parte de las autoridades indigenistas de los gobiernos estatal y federal, en cuyo caso más bien se comenta que le han echado gasolina a la lumbre, haciendo a la tribu mayo arena de intereses político-partidistas de algunos servidores públicos, de quien hablaremos en otra entrega.
El asunto es que el tema del Plan de Justicia Mayo, deberá esperar mejores tiempos para poder ser aplicado, hay yoremes que con justicia reclaman el respeto a la tradición, pero hay otros que ni siquiera por su propio bien están dispuestos a acordar con hermanos de sangre a quienes consideran usurpadores, traidores o que sirven a intereses ajenos a los de la yoremada.
De los guarijíos, pues no hay mucho que decir, el Gobierno del Estado aplicará el dinero para la construcción de cuantiosas obras de infraestructura social, pero al parecer no serán visitados por el presidente, debido a las complicaciones logísticas que implica.
Pero pues San Bernardo no está tan lejos, qué le costaría a López Obrador, recorrer la carretera que se concluyó durante su mandato y visitar la preciosa vista que tiene ahorita el pueblo de San José de Makurawe, dónde sí se pudo resolver lo del agua suficiente, sostenible, sustentable y de largo plazo.
El trayecto de Álamos a San Bernardo, es espectacular. Miradores, restaurantes, venta de artesanía y sus pueblos al pie de hermosos arroyos, serían un gran atractivo turístico en el que vale la pena invertir, para dinamizar la deprimida economía de la región, pero pues a la secretaria de Turismo sólo le interesa el negocio de playa, como a los de antes.































