Rastrillando 22/05/2024
Mario Munguía Murillo
Poca memoria tienen mis contemporáneos y uno que otro poquito más viejos de los años hegemónicos del PRI represor en los que gobernó este hermoso país.
Aquellas elecciones si eran un “simple” tramite; en primer lugar, porque era la Secretaria de Gobernación la que organizaba las elecciones y, el presidente en turno era el que decía quién era su sucesor; los entonces partidos opositores por lo general no tenían candidato. Aclaro, estoy sintetizando los hechos.
Era el Estado –el presidente– juez y parte y, además verdugo.
Un día, surge el Partido de Acción Nacional, PAN, como opositor real que, desde entonces se le conoció como conservadores, pues sus integrantes fundadores, fueron empresarios y personajes que tenían poder económico debido a sus actividades productivas que empezaron a sufrir el despojo por parte del gobierno. Además, devotos feligreses de la Iglesia Católica.
Pero como toda sociedad evoluciona, llego el momento de empezar a cambiar las formas de vivir ante un mundo globalizado. Los políticos gobernantes se vieron en la necesidad de adaptarse a las nuevas circunstancias.
Oficialmente surgen nuevos partidos, además del PAN que ya tenía su registro; hoy los conocemos como franquicias. PVEM, PANAL, PT, MC y otros con menos presencia, pero igual cobran buenas regalías del erario y como mercenarios cada elección vende su nombre al mejor postor, es su modus vivendi.
El PRI hegemónico entendió los nuevos tiempos y, permitió la alternancia; en principio, acepto que las elecciones las organizara un órgano independiente donde las decisiones serian colegiadas. Primero el IFE, Instituto Federal Electoral que seguía dependiendo de la Secretaria de Gobernación y el presidente y después; lo que hoy conocemos como INE, Instituto Nacional Electoral donde participan representantes de cada partido político.
En la elección presidencial del 2000, el PRI perdió por primera vez en 71 años; la derrota estuvo precedida de un rompimiento interno entre el presidente –Zedillo– en turno y los aspirantes del tricolor.
Aquí un paréntesis, cito nota periodística de la Silla Rota:
“Manuel Bartlett quiso nuevamente ser candidato presidencial, y fue a una contienda interna priista contra Francisco Labastida, Humberto Roque Villanueva y Roberto Madrazo. Sin embargo, esta vez no tuvo la mano protectora de su antiguo amigo Carlos Salinas. Fue aplastado por el presidente en turno, Ernesto Zedillo”.
Resultado: cambio de partido con la ayuda de AMLO al PRD. Ahora ambos controlan su partido morena igual que en los años del PRI represor.
Bueno, gano Vicente Fox y luego Felipe Calderón ambos del PAN y, luego Enrique Peña Nieto y; después de cuatro intentos llego el actual expriista resentido camarrrada López.
Lo de Claudia Sheinbaum es solo un trámite, lo dijo ella y lo confirman las acciones de Mario Delgado…Ver para creer.
Pero mejor a’i se las dejo…ya falta poco para el 2 de Junio; la marea rosa cubrió el Zócalo a pesar de los esquiroles mercenarios de la CNTE y del porro martí batres…¡¡¡SARAVAH!!!
