Políticos no, caciques si…

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Mario Munguía Murillo

En los tiempos de la gran Mesoamérica, las tribus deambulaban entre sus territorios y, las guerrillas para el control de los espacios (hoy entre Carteles del crimen) eran violentas y sanguinarias; el vencedor tomaba rehenes que terminaban como esclavos o, sacrificados ante sus dioses para seguir luchando por el control de sus súbditos y plebeyos.

Llegaron los hombres barbados con armas “modernas” y enfrentaros a los nativos de igual manera, violenta y sanguinaria. Así lo relatan las bitácoras de sus capitanes y, los representantes de la Iglesia Católica.

El nuevo continente fue y ha sido motivo de cruentes batallas entre extranjeros y nativos; hoy mestizos y nuevos conquistadores de un territorio rico en todo lo que el mundo moderno necesita.

¿Quiénes eran los mandos de esas tribus –de ayer y hoy–?: El cacique.

“Cacique es el término con el que se designó a los jefes locales de las comunidades taínas de las Antillas. A partir de la expansión de los virreinatos españoles en América, el término fue empleado por los conquistadores para designar a las autoridades políticas indígenas, sin atender a la diversidad de los sistemas políticos originarios de América ni a las nomenclaturas autóctonas. Son derivados de este término las palabras caciquismo, cacicato, cacicazgo y caciquear.

Durante la Restauración borbónica en España (1875-1931) se utilizó el término «cacique» para referirse a los notables locales que gracias a sus redes clientelares controlaban las elecciones de un distrito, especialmente los rurales que eran la mayoría”. Wikipedia enciclopedia libre.

El término ”cacique” es aplicable hoy, no nada más al señor rico del pueblo; también es atribuible a los “lideres” dirigentes de un partido político, esos que hoy son una especie de franquicia privada de un pequeño grupo de hombres y mujeres que, en la mayoría de los casos son pareja sentimental-conyugal. Que luego heredan a los hijos (lo mismo sucede con los corporativos de esos partidos, CTM y sindicato minero por citar dos ejemplos clásicos), a veces, en vida y, otras tras su muerte.

Inicialmente esto se hizo evidente en los llamados partidos Verde Ecologista (PVEM) y partido del trabajo (PT) ambos remoras oportunistas de un sistema político corrupto.

En el PRI, sucedía lo mismo, pero se “cuidaban” las formas, hoy, la “nueva” generación no las cuida, hoy, la avaricia por el poder no respeta nada. Ahí tenemos el caso del tal Alito Moreno que está dispuesto acabar con la “institucionalidad” del otrora partido hegemónico. 

En el PAN, pasa lo mismo, los actuales dirigentes han olvidado lo que fueron sus postulados, su razón de ser; la lucha intestina, al igual que el PRI, es encarnizada.

El PRD, la lucha entre sus tribus y las traiciones de los que llegaron del PRI, han dado como resultado su prácticamente desaparición de lo que un día fue: la izquierda política del país.

Pero bueno, a lo mejor estoy equivocado en este análisis desde la perspectiva de un simple ciudadano; yo también soy pueblo.

Pero mejor a’i se las dejo…vamos a ver en que termina esta batalla entre caciques que se niegan a dejar los privilegios y canonjías –millonarias– que les dejan las franquicias…¡¡¡SARAVAH!!!