Por Víctor Fausto Silva D.
Allá por el mes de abril del 2021, el nombre de un joven sonorense saltó a los primeros planos del quehacer gubernamental, cuando Octavio Almada Palafox fue nombrado por el presidente López Obrador como titular de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca.
Hoy, estrenando sexenio, se estrena también como delegado federal en Sonora.
Surgido de la ayudantía de la presidencia -que AMLO convirtió en cantera de funcionarios- el de Huatabampo no perdió tiempo alguno para demostrar que traía no sólo el entusiasmo sino el empaque suficiente como para sacar adelante la tarea, y de ello dio sobradas muestras recorriendo de punta a punta el país, atendiendo y resolviendo necesidades de ese sector, uno de los más productivos del país.
Ese incesante y vertiginoso desempeño lo puso luego bajo reflectores de nivel internacional, cuando consiguió para Sonora la sede para la reunión del subcomité de acuacultura ni más ni menos que de la ONU, realizada en mayo del año pasado en Hermosillo con asistencia de delegaciones de América, Europa, África, Asia y Oceanía.
A la par, Almada Palafox fue recibiendo otras encomiendas, como la de integrar los Comités de Programas del Bienestar acá en su estado natal, pero también en Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Yucatán.
Eso le permitió empaparse en los programas sociales impulsados por AMLO mucho más allá de las responsabilidades inherentes a su cargo, porque desde esa trinchera articuló –llevando como punto de encuentro al Banco del Bienestar- acciones de los programas insignia de la 4T: Produciendo para el bienestar, Becas Benito Juárez, Bienepesca, Jóvenes construyendo el futuro, Pensión para adultos mayores y para personas con discapacidad, Madres trabajadoras y La escuela es nuestra.
Obviamente, el abierto respaldo presidencial y su repentino “placeo” no pasaron desapercibidos para quienes en vísperas de elecciones ya olfateaban los mejores perfiles de Morena rumbo a los comicios del 2024, enlistándolo como seguro candidato a una diputación federal o incluso una senaduría.
Sabedor de ello, el de Huatabampo salió al paso de las versiones para dar muestra de madurez política y lealtad a quien lo fue impulsando: dejó en claro que cualquier proyecto político para su persona dependería del Presidente, y luego dejó en claro que con él se la jugaría hasta el último día de su mandato.
Fue además, una demostración de agradecimiento, tan escaso en estos tiempos de descarado chapulineo político, que pronto le fue reconocido por el propio López Obrador en dos mensajes.
En el primero le agradeció “por tu trabajo, tu dedicación e inquebrantable compromiso con la transformación”, y luego, en una de sus últimas visitas a Sonora, cuando anunció en tono premonitorio que “Octavio Almada seguirá sirviendo a los sonorenses”.
Y sí: el de Huatabampo ya está al frente de la delegación del Bienestar en Sonora, que de ninguna manera le resultará ajena por el fogueo al que fue previamente sometido. Conoce las entrañas de la política social, los detalles y los alcances de cuanto programa se implementó, y seguramente –por su propio carácter inquieto y entusiasta- habrá de aportar lo suyo para que mejoren.
¿Y en lo político-electoral? Octavio Almada ya pasó una vez por el trecho donde se escucha el canto de las sirenas y se mantuvo con los pies en la tierra, conciente de que esa es una cuestión de tiempos y circunstancias.
Sin embargo, su nombramiento y reaparición en Sonora no deja de añadir un elemento interesante en el especulativo mundo de la grilla rumbo al 2027, donde habrá de jugarse una gubernatura por 3 años, para después empatar la elección estatal con la presidencial.
Si López Obrador aún fuera Presidente, su mensaje de que “Octavio Almada seguirá sirviendo a los sonorenses”, alcanzaría otra dimensión, pero ni con bola de cristal puede nadie adelantarse a los tiempos.
Nos tocó charlar en corto con él y lo que detectamos es al mismo joven centrado y ecuánime, con ganas de meterse de lleno a la tarea que recién le acaba de encomendar Claudia Sheinbaum.
Definitivamente, comer ansias no es lo suyo.
Y quienes gozan del acceso a los programas sociales del gobierno federal, pueden tener la certeza de que el huatabampense es garantía de entrega a su trabajo.































