“El Juditas” Mendívil se pitorrea y manda por un tubo al gobernador

CARRUSEL
Por Víctor Fausto Silva D.

Era por demás previsible que (sacado de su coto de cacicazgo chicharronero) el hoy diputado Jesús Tadeo Mendívil enseñara el cobre tarde o temprano, pero no que a las primeras de cambio resultara tan zopenco como para chocar con el mismísimo gobernador Alfonso Durazo, empecinado éste en su intención de proteger a los animales.

“El Juditas” no ha dado una a propósito de la ya afamada Ley de Protección y Bienestar Animal impulsada por el de Bavispe, primero porque cuando tragó camote aprobándola, se echó encima a sus compañeros de afición entre los galleros y los promotores de carreras de caballos, que pa’pronto lo tacharon de traidor (porque siendo parte interesada y/o afectada, por lo menos debió abstenerse de votar) y luego porque con la mayor desfachatez del mundo fue al taste de Masiaca y dio ahí una palmaria demostración de cómo se pitorrea del gobernador.

Si hubiera aparecido sólo en calidad de asistente o mitotero –con su natural guarapeta-, allá él y sus muy particulares gustos, pero el señor llevó dos equinos a correr, y para colmo de males, ahí murió uno de sus nada baratos ejemplares, una yegua pura sangre que prácticamente fue “reventada” por su jinete, en sus ansias por agenciarse una bolsa que seguramente no era de chucherías.

Hablar de falta de respeto a su propia investidura quedaría en calidad de charra muy quemada, habida cuenta de que tampoco le importó un rábano exponerla cuando fue 6 años alcalde de Etchojoa, durante los cuales poquitos se le hicieron los tastes y los palenques para darle vuelo a la hilacha y sacarle brillo a su fama de gallero y fanático de las carreras de caballos, pero reincidir ahora como diputado cobra otra dimensión.

Primero, porque el legislador no sólo emite las leyes, sino que está obligado a velar por su cumplimiento, y luego porque con todo y las protestas callejeras que se le fueron encima en Hermosillo, el gobernador dejó en claro que no daría marcha atrás, subrayando la incongruencia entre lograr un Sonora vanguardista y mantener prácticas que lesionan el bienestar animal.

No las calificó de inhumanas o bárbaras, pero por ahí se entendió el mensaje.

El que no entendió ni jota fue el “Juditas”, que en cuanto oyó las fanfarrias rumbo a Masiaca, tiró el tacuche y se atavió al estilo de don Luis Macarena “El cojo”, villano de Chiconcuac, “deshonra de aquel poblado y gallero profesional” como narra el corrido, y se apersonó con sus cuacos en la competencia, donde además –dejáramos de estar en Sonora- corrió líquido ambarino a raudales ¡y a darle!

O sea, al diablo la investidura, al diablo su responsabilidad y ya picado y en la barra, ¡al diablo el gobernador!

Los desfiguros del “Juditas” hicieron rememorar el caso de aquella diputada –muy modosita y recatada ella- que hace algunos ayeres promovió y logró que se apretara más el mínimo de alcohol ingerible, con la cándida intención de erradicar la conducción punible en Sonora, y todavía no cantaba el gallo cuando la pepenaron y grabaron dándole vuelo a la hilacha, presumiblemente hasta las chanclas.

El asunto aquí es que cuando apenas está calentando la curul en el Congreso, “El Juditas” ya está mostrando que le quedaron muy grandes los zapatos de su antecesor y hoy alcalde de Etchojoa, Arturo Robles Higuera, a años luz de distancia en cuanto a capacidad, inteligencia y conocimiento.

Robles Higuera:Diferencias abismales

Robles Higuera supo cumplir en ese cargo con un trabajo de reconocida seriedad y entrega, como lo probó a lo largo de los tres años al frente de la Comisión de Asuntos Indígenas, un reconocimiento que a la postre le sirvió para que el propio gobernador y los altos mandos de Morena decidieran en su favor la candidatura para la presidencia municipal.

Para usar la jerga propia del ambiente donde “El Juditas” se mueve como pez en el agua, “le quedó grande la yegua”. Y respecto al gobernador, se le olvidó que éste es el dueño de la “cuadra” morenista, donde supuestamente milita…

Todavía falta ver qué desfiguros protagoniza en las distintas Comisiones Legislativas a las que pertenece, porque si lo dejan seguir con su irresponsable desparpajo, seguramente dará mucho de qué hablar y no precisamente para bien.

Para empezar, aparece como Secretario en la de Asuntos Indígenas, como para que vayan santiguándose los yoremes, a los que siempre ha menospreciado viéndolos para abajo.

(Hasta eso que puede vislumbrarse una luz al final del túnel, porque el “Juditas” ya ha confiado a sus más cercanos que eso de ser diputado es una “chambita pichurrienta” que nomás le quita tiempo de sus negocios. Entonces, si en un descuido ya calibra la posibilidad de hacer maletas, ¡con razón manda por un tubo incluso al gobernador!)