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Buffalo sufrió su segunda derrota consecutiva y perdió el liderato divisional; Bijan Robinson corrió 170 yardas para Atlanta
La temporada de los Bills empezó con estruendo y se está desmoronando con el eco. En menos de 10 días pasaron de parecer contendientes al Super Bowl a parecer un equipo en busca de brújula. Primero fueron los Patriots quienes los silenciaron en casa el Sunday Night. Ahora Atlanta los hundió en el Monday Night con un corredor que no corre, flota. Bijan Robinson fue la herida abierta de la defensiva de Buffalo.
La jugada que lo explica todo ocurrió en el segundo cuarto. Robinson tomó el balón, cruzó el lado derecho, soportó un intento de tacleo y desapareció por la banda para correr 81 yardas después, los Falcons ganaban 21-7. El estadio rugía como si se tratara del Super Bowl. Esa carrera fue la más larga de la temporada en la NFL y el manifiesto de una noche que terminó en 24-14, pero que se sintió más amplia.
Robinson cerró con 170 yardas terrestres y 68 por recepción, números que lo convierten en uno de los jugadores más peligrosos.
El quarterback de segundo año Michael Penix Jr. lució sobrio, pero efectivo con 250 yardas aéreas y un pase de anotación.
Buffalo, en cambio, fue un desfile de errores. Josh Allen lanzó dos intercepciones y apenas alcanzó 150 yardas. Lo interceptaron por tercer juego consecutivo. Su ofensiva, que en los primeros cuatro encuentros había superado los 30 puntos, se quedó sin ritmo ni dirección.
El receptor Joshua Palmer se lesionó después de una escapada de 60 yardas y abandonó el juego con una pierna lastimada. Sin él, Allen perdió su mejor válvula de escape.
El marcador parcial se escribió rápido. Tyler Allgeier abrió con una carrera de 21 yardas para Atlanta. Dawson Knox empató con un pase de 19 de Allen. Después Penix conectó con Drake London y el vendaval de Robinson dictó sentencia.
Dejan el liderato divisional
Con la derrota, los Bills cedieron el liderato del Este de la Americana a los Patriots. Ambos tienen marca de 4-2, pero la victoria de Nueva Inglaterra en Buffalo, los lleva a la cima.
En Atlanta celebran su tercer triunfo de la campaña. En Buffalo buscan respuestas que ya no están en el playbook.