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El equipo merengue venció 3-0 al Athletic en San Mamés con doblete de Mbappé y un gol de Camavinga, y se coloca a un punto del Barcelona en La Liga
Fría noche de diciembre en Bilbao, escenario donde el Real Madrid lució la calidad que tantas veces lo define para derrotar 3-0 al Athletic Club en su propio feudo, un triunfo que lo deja a tiro de piedra del liderato en La Liga.
Desde el inicio, los madridistas mostraron ambición. Al minuto 7, Kylian Mbappé rompió el hielo con una jugada de gran calidad individual: regateó a dos defensores y definió con frialdad ante el guardameta.
El tempranero gol obligó al Athletic a adelantar líneas, pero le jugó en contra: en una ataque bien orquestado, Mbappé envió un centro que, tras un remate al primer palo, permitió a Eduardo Camavinga, con un certero cabezazo, ampliar la ventaja poco antes del descanso.
El segundo acto trajo calma para el Madrid, que manejó la pelota con autoridad. A los 59 minutos, Mbappé cerró la cuenta con un disparo curvado desde fuera del área, dejando al portero sin opciones.
Mientras tanto, la zaga blanca y el arquero Courtois ahogaban los tímidos intentos locales, asegurando la portería a cero.
La victoria supone una bocanada de aire fresco después de una racha irregular de resultados. Más allá del marcador, sobresalió la sensación de que el equipo blanco recobró confianza, disciplina táctica y determinación.
Con este triunfo, el Real Madrid se coloca a apenas un punto del líder Barcelona, lo que enciende la lucha por La Liga, como en sus mejores momentos, lo que devuelve emoción a un campeonato apasionante.
Al conjunto merengue le seguirán una serie de compromisos en los que deberá mostrar su heráldica tanto en La Liga como en el torneo élite del Viejo Continente. Primero, contra el Celta de Vigo, seguido del Manchester City, de paso dudoso en sus recientes presentaciones tanto en la Premier League como en la Champions. Después se citará con el Alavés para cerrar el 2025 con el Sevilla.
