CARRUSEL: · Bien por los animales… ¿Y los más amolados, pa’cuándo?

Por Víctor Fausto Silva D.

Nos llegó correo, que con gusto transcribimos aquí íntegramente:

“Señor Silva: leí con atención sus comentarios respecto a la Ley de Protección Animal que mandó el gobernador al Congreso y que le aprobaron al vapor y sobre las rodillas los diputados, así como la forma en que los afectados salieron a protestar y la manera en que los diputados recularon congelándola, y coincido con usted en algunos puntos pero difiero en otros.

Que la hicieron y la aprobaron al vapor no necesita más elementos de prueba que el hecho mismo de haberla congelado, es una tácita admisión de su irresponsabilidad (del Gobernador y de los diputados), pero creo que por lo menos debemos reconocerles que echaron atrás un acto de autoritarismo, porque no puede llamársele de otra forma.

Y digo que debe reconocérseles, porque en este país es muy difícil que alguien con poder (así sea un chota de crucero) reconozca haberse equivocado y ofrezca remendar lo que hizo “al troche y moche” como bien señala usted. Digamos que ganamos una, entre tantos actos de prepotencia de quienes gobiernan.

En cuanto a que los diputados enseñaron el cobre como hipócritas y convenencieros, coincido plenamente, sobre todo al conocer lo que usted revela sobre sujetos como ese mentado “Juditas” Mendívil, que le han sacado raja a las cabalgatas, las carreras de caballos y de gallos que ahora prohíben sin rubor alguno porque el gobernador les ordenó tragar camote.

Creo que a usted le faltó añadir otro calificativo, el de sumisión, y creo que lamentablemente no será el único caso en el que se presente, porque está visto y comprobadísimo que los diputados piden el voto para llegar pero no a servir a sus representados, sino al gobernador o gobernadora en turno, con la esperanza de que una vez agotado ese hueso les tiren con otro.

En cuanto a la protección a los animales, creo que nadie en su sano juicio se opondría (en lo personal me parecen aberrantes y bárbaras las corridas de toros y peleas de gallos o de perros, aunque dicen que en gustos se rompen géneros), pero me parece un tema que merece ser tratado muy a fondo y por especialistas, no a la ligera como se ve lo hicieron con esta iniciativa, tanto que hasta los médicos veterinarios protestaron, ellos, que son protectores naturales de los animales.

Ojalá le encuentren la llamada cuadratura al círculo porque el objetivo sí vale la pena.

Por último, señor Silva, qué bueno que las organizaciones afectadas salieron a protestar de inmediato, aunque creo que la misma reacción deberíamos tener como sociedad para la elemental defensa de otras causas, como la salud y la vida humana.

Hace días leí que el gobierno del estado está invirtiendo millones de pesos para construír clínicas para perros y gatos, y no lo veo mal, pero como contraste en el Isssteson siguen faltando medicinas a pesar de tantas promesas de que todo se arreglaría. Mi padre es derechohabiente, y cuando no le falta un medicamento le falta otro que tenemos que comprar por fuera. Y eso que el Isssteson tiene menos pacientes que el IMSS, ¡no me imagino el calvario que padecen ahí!

Sería muy largo enumerar otros sectores donde se ve una desigualdad como para dar vergüenza que se inviertan millones en proteger mascotas mientras se le regatea atención a la gente, pero hay otro caso que lastima y es el de tantos indigentes y adictos que pululan, duermen y hasta mueren en las calles sin que ninguna autoridad les preste una atención digna.

Hacen más muchas organizaciones de particulares que bien merecerían no sólo el reconocimiento del gobierno, sino también su respaldo económico.

A ver si algún día también vemos albergues donde se les brinde alimentación y tratamientos médicos y siquiátricos, porque mientras se atienda mejor a las mascotas que a nuestros semejantes dejados a la buena de Dios, seguirá imperando la triste sensación de que este mundo anda de cabeza y que además, a como van las cosas, valdrá más un perro que un ser humano.

Reciba mis saludos.

Ing. Jorge López Figueroa.

Hasta ahí la misiva recibida, con nuestro absoluto respeto a su punto de vista.

Y sí, sólo como complemento a lo que señala el lector, hace días informó la SIDUR que en Hermosillo está construyendo dos clínicas para atender (gratis o con cuotas módicas) a perros y gatos, en las cuales aplicará una inversión total de 21.3 millones de pesos.

Según el boletín de la dependencia, las nuevas instalaciones –échese usted ese trompo a’l uña- constarán de consultorios, sala de rayos X, área de hospitalización, laboratorio, preoperatorios, baños, área de residuos peligrosos, estacionamiento y sala de espera.

Si de por sí, en Dinamarca andan verdes de coraje porque con nuestro sistema de salud los alcanzamos y hasta los rebasamos, ¡se van a infartar de envidia cuando sepan cómo tratamos aquí a perros y gatos!

De primer mundo, ¿no? La SIDUR no especifica si también habrá gelatinas y nieve de chorro, pero ¡qué tanto es tantito!

                    Honor a quien honor merece…

A propósito del tema y de esos afanes por demostrar que acá nos las comemos ardiendo, debe dejarse constancia que el gobernador Durazo no es precisamente pionero en la materia, y en apego a lo justo, es menester recordar que el 3 de marzo del 2022, la entonces diputada federal Shirley Vázquez presentó una revolucionaria iniciativa en dicha materia.

Aunque sus pares no la pelaron y seguramente su propuesta terminó en algún bote de la basura, pero según el documento oficial, se ve que le metió ganas y cacumen, aunque ella se centraba sólo en la protección de los perros. Quizá le faltó algo más de inclusión a la hora de amparar mascotas, pero he aquí una apretada síntesis de su iniciativa:

En la concienzuda exposición de motivos de lo que sería llamado Ley General para una Tenencia Responsable

de Perros, la maestra arrancaba con una frase para la historia: “El amor es una palabra de cuatro patas” (Nota de redacción: ¡Jesús sacramentado!) y detallaba que había en México 20 millones de canes “en situación de calle”. De los humanos no dijo nada, pero, pelillos a la mar..

Luego venía la cátedra, imperdible, como todo lo que hacía ella por sus representados:

“El lobo gris, es el ancestro más probable de todas las razas caninas actuales. No sabemos si el hombre se acercó al lobo o el lobo se avecinó al hombre (¡!), lo que es cierto es que los perros han sido nuestra compañía y nuestros más fieles compañeros y amigos”.

“Los seres humanos nos hemos servido del lobo y después del perro en cacerías, guardando el ganado y como vigilante contra enemigos. En contraprestación, el hombre los ha alimentado y cuidado, aunque también valiéndose de la confianza de los perros en el ser humano, estos últimos los han torturado y matado y ocupado para los experimentos más crueles (NR2: ¡qué horror!), aunque el simple abandono de esto seres es una de las crueldades más infamantes y convendría hacerse la pregunta ¿Quien es capaz de abandonar a un perro es capaz de querer a otro ser humano?”.

Mucho rollo y mucha saliva después, en el pretendido artículo 3 de su iniciativa, la maestra definía al perro como “Ser vivo pluricelular con sistema nervioso especializado que le permite sentir, moverse y reaccionar de manera coordinada ante los estímulos” y los clasificaba en Perro abandonado, Perro adiestrado, Perro de compañía: Perro de trabajo y Perro doméstico.

Quién sabe si los habrá de otra clase, pero ella hasta ahí llegó.

El asunto es que para efectos prácticos, la entonces diputada proponía como “obligación de la autoridad federal contar con al menos una estancia temporal de perros en cada entidad, los gobiernos estatales deben contar con un refugio por cada distrito electoral local, los municipios deberán contar con al menos una estancia, procurando que la distribución de las estancias permita que los ciudadanos puedan acceder a ellas”.

Como tampoco se trataba de instalar infames tejabanes pelones, subrayaba que “Todas las estancias deben de contar con un médico veterinario debidamente capacitado y con cedula profesional para realizar las esterilizaciones; también se podrán auxiliar de estudiantes de la carrera de Medicina Veterinaria que quieran prestar sus servicios en dichos refugios temporales”.

Y así por el estilo seguía una iniciativa –por supuesto, incluía castigos infernales para los maltratadores de chuchos- que merecía mejor suerte.

De la maestra no volvió a saberse nada una vez que terminó su trienio, a lo largo del cual se encargó de darle jalarle duro y macizo a la matraca echándole porras a cuanta ocurrencia mandó López Obrador a los diputados, pero en un descuido y ahora que anda suelta bien podría mandar al Congreso estatal su entelarañada iniciativa.

Total: aquí también aprueban sin leer…

Nada nuevo bajo el sol, pues.